Reseña: Piruleta (Christine Nöstlinger)

por Mariela Solís Aldape.

Este libro trata de un niño llamado Víctor Manuel Meier al cual todos conocían como Piruleta. Piruleta es un niño rubio y algo despistado, le encantan las piruletas verdes. Como él no estaba contento con su nombre decidió cambiárselo a Piruleta por su gran afición a las piruletas verdes.

Piruleta tiene un poder especial, después de chupar sus piruletas se quedan transparentes y él se les queda mirando para poder conseguir lo que le conviene o lo que él quiere. Piruleta vive con su hermana, su mama y su abuela, a su padre lo ve muy poco. Le cuesta trabajo hacer amigos, miente, se refugia en sus piruletas porque él así cree que sus deseos se cumplen y también le tiene miedo a los perros. Necesita tener un amigo e intenta buscarlo. Incluso tiene sus primeras relaciones con chicas. Se mete en líos a causa de sus mentiras y, encima, como ha nacido el 25 de diciembre, decide celebrarlo en abril para poder tener una fiesta de cumpleaños como sus amigos.

Aborda problemas reales, de los que pueden ocurrirle a cualquier niño, pero, en este caso, narrados sin excesivo dramatismo, incluso con deliciosos momentos de humor. Muestra la vida de una familia trabajadora. El protagonista intenta resolver los conflictos que se le presentan utilizando sus piruletas, pero las piruletas no siempre lo salvan de todo. Piruleta logra comprender que las cosas dependen de él mismo.


Este relato toca temas cercanos a muchos niños como: el primer entusiasmo amoroso, las peleas con los hermanos, el miedo a los animales, el deseo de tener un mejor amigo, los anhelos de tener más dinero o una mejor situación económica y social, etc.

La novela piruleta es entretenida,  provoca el interés en los lectores porque muestra a un niño tratando de resolver sus problemas con sus piruletas verdes, que con el paso del tiempo él se va dando cuenta que las piruletas no le resuelven todo él, lo tiene que resolver por sí solo, aunque a veces se meta en líos por mentir. Es una historia para reflexionar pero también para aprender a mirar, para echarle imaginación a lo que nos rodea y transformarlo en algo más amable.