por Mariela Solis Aldape.
Era una tarde soleada en casa de mi abuela y yo estaba con mis primos, después de un rato decidimos jugar a las escondidas, cuando mis primos dijeron las reglas yo no escuché porque yo había ido a tomar agua. Cuando terminé salí corriendo al jardín para jugar y yo no había escuchado que mis primos dijeron que no nos fuéramos atrás del pino, y como yo salí corriendo me fui atrás del pino y como iba volteando no me fije que enfrente de mi había una maseta, en ese instante choque y me pegue en la mitad de mi cara. Llore porque me dolía horrible y me pusieron hielo. Al siguiente día amanecía con media cara morada, me llevaron al doctor y ese mismo día era la boda de mi tía, no pude asistir a la boda de mis amados tíos, mi abuela de Salamanca se fue a mi casa a cuidarme. Ese mismo día de la boda hubo un fuerte viento que arruino la fiesta, todos los manteles salieron volando, mis papas y mis tíos se fueron a mi casa y cuando me vieron preguntaron qué era lo que me había pasado así que mis papas les contaron y se quedaron sorprendidos.
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