por Christopher Alejandro Vázquez Cabrera
En un 24 de Diciembre del 2010 se celebraba Noche Buena en una casa en Harell Street 9551 en Pico Rivera, California. Toda la familia Vázquez y sus amigos celebraban en una cena, en ese tiempo acostumbra un clima bastante frío y como casi todas las cenas se hacen en el patio se necesitaba poner algo para dar algo de calor así que se pusieron los calentadores a base de gas. Al punto de las 11:00 pm todos cenaban, ya la mayoría de mis primos jugaban en el patio trasero, una de mis tías vio un calentador apagado e intento prenderlo, lo único que hizo fue abrir el gas, después al provocarse el olor a gas todos se empezaron a preguntar ¿por qué huele tanto a gas? Casi al tocar las 11:30 todos miraban a un primo mientras cantaba una canción navideña pero por la parte de atrás empezó a salir fuego del tanque de gas y una prima de 7 años le dice a una tía que veía fuego, mi tía pensaba que se refería a el comal que estaba ahí y no le dio importancia pero al oler que algo se quemaba todos voltearon y una de las carpas se estaba incendiando y ya se estaba consumiendo por completo. Al ver eso todos en vez de gritar con pánico y correr empezaron a reírse y lo único que hacian era ver como sus cosas de comida se quemaban.
La verdad nadie le tomó importancia y lo único que hicieron fue recorrer sus sillas hacia un lugar más seguro, lo más divertido fue que la gente no tomó en cuenta el incendio y lo único que les importó fue el pavo que tardaron alrededor de 4 días y una ensalada de papas demasiada buena. Ya a las 3:30 am todos estaban tirados por todos lados, a las 4:00am llegó la policía, la ventaja era que un primo mío es policía y le dio la noticia a los oficiales que todo estaba bajo control y le hablaron a los paramédicos creyendo que una tía mía estaba muerta, la fiesta terminó alrededor de las 9:00am del día siguiente, lo más divertido es que a las 12:00am empezó el recalentado y la fiesta finalmente terminó alrededor de las 9:00pm de día siguiente. Después tuvimos que comprar una nueva carpa, arreglar el pasto que se quemó por completo y hablarle al de las sillas para pedirle disculpas porque quemamos alrededor de 15 sillas de metal y como 9 mesas muy buenas por ese motivo fue una de las navidades más memorables de todos los tiempos para mí.
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