miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un incidente de mi infancia.

por Vania Zapien
Estábamos de viaje de graduación, fuimos a un campamento llamado Kukaponga en Mazamitla, por Guadalajara. Nos fuimos tres días y dos noches. Cuando íbamos en el camión, Eduardo se había tomado una botella entera de Be-Light, pero lo gracioso fue que cuando íbamos llegando a Mazamitla, Eduardo quería ir a baño y no nos podíamos bajar por que ya no faltaba mucho y el pobre estaba casi, casi resarciéndose por las ganas de querer ir al baño y no poder. Llegamos a Kukaponga y Eduardo corrió al baño. Nos pusieron en equipos y nos fuimos a comer.

Estuvo rica la comida. Luego fuimos a las cabañas que nos asignaron. O creo que fuimos a las cabañas primero y luego a comer, no me acuerdo bien.
Bueno, ese día después de comer nos fuimos al bosque y nos pusieron a hacer actividades... que ya no me acuerdo cuales eran.
Estuvimos jugando y, pues, nos estuvimos divirtiendo por un buen rato hasta que llegó la noche. En la noche nos bañamos y nos vestimos por que esa misma noche era... ¡¡NOCHE DISCO!!
Fue muy divertido pero a mi no me gusta mucho bailar y... me obligaron. Bueno, es divertido "bailar" con tus amig@s...
Al día siguiente (que nos despertaron a las 6:00 a.m) nos sacaron a desayunar. Estuvo bueno el desayuno. Luego regresamos a las cabañas (que estaban en unas montañas pequeñas y pues estaba medio pesado ir a las cabañas) nos cepillamos los dientes y volvimos a salir.
Ese día fuimos al Gotcha y a las tirolesas, podíamos elegir entre los dos y yo elegí el Gotcha. Cuando nos pusimos el equipo para jugar me sentí nerviosa y rara (no sé por qué pero fue así).
Fue divertido, aunque yo casi no salí para darle a los demás.
Alondra y yo nos quedamos en el mismo lugar por un largo tiempo y nos movimos muy poquitas veces.
Acabando el Gotcha nos fuimos a las tirolesas. Alondra se subió (se alcanzaban a escuchar sus gritos). Los que no se subieron nos llevaron a ver unas cascadas medio raras pero valió la pena ir. Eduardo casi se cae al agua y nos reímos un poco.
Nos fuimos de ahí y nos regresamos al campamento y descansamos un poco en las cabañas. Luego nos cambiamos y luego nos fuimos a hacer unas actividades acuáticas. Y como estaba haciendo frío y el agua también estaba fría, nos morimos de frío ese día. Llegamos al un juego que se llamaba “El Chocorrol”, que se trataba de enlodarte todo el cuerpo (hasta el pelo, la cara.) El lodo estaba calientito y no nos queríamos salir de ahí, además de que era bien divertido por que a cada rato te resbalabas, te agarraban y te enlodaban toda la cabeza...
(Ahora que recuerdo no fue tan divertido cuando me enlodaron la cabeza a mí).
Más tarde volvimos a las cabañas, nos bañamos, nos cambiamos, etc, nos fuimos a comer luego nos sacaron a caminar un rato en el bosque y jugamos un rato a fut bol, a basket y también a boley...
Nos fuimos a las cabañas descansamos y luego jugamos al Perla Negra (o algo por el estilo). Nos ganó otro grupo. Después fue la noche de fogata y contamos unos chistes y cantamos canciones raras...
Al día siguiente nos fuimos a un pueblito y nos compramos cosas hechas a mano. Después recogimos nuestras cosas... Ja, ja, ¡me acordé de algo muy gracioso que pasó ese día!
Cuando íbamos en camino al autobús, Daniel se acordó que se le había olvidado su cantimplora y su almohada, entonces se fue corriendo a su cabaña y cuando ya había recogido sus cosas regresó gritando ¡ESPÉRENME! ¡ESPÉRENME!... y como las cabañas estaban en las montañitas raras... ¡se cayó!
Y pues se podría decir que todos nos la pasamos muy bien en ese campamento...

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