jueves, 11 de abril de 2013

En un lugar muy, muy lejano.

Por Andrea Delgado Martínez

Recuerdo muy bien mi niñez; bueno, tal vez no muy bien, pero hay cosas que jamás podría olvidar, una de ellas es la casa de mis abuelos (Papás de mi papá).

La casa de mis abuelos está en Tamaulipas, en un ejido cerca de Valle Hermoso, siempre me ha gustado esa casa, y adoro ir ahí. Algo que recuerdo muy bien de las visitas a casa de mis abuelitos era una tiendita que estaba cerca de ahí, a la que íbamos todos los días a comprar refrescos con mi abuelo, la verdad no sé por qué nos encantaba ir a esa tienda. Otra cosa que recuerdo es el tractor verde de mi abuelo; siempre que íbamos, mi hermana y yo nos la pasábamos en ese tractor fingiendo que conducíamos, también nos la pasábamos haciendo pastelitos y taquitos de lodo en los comederos de las gallinas, y fingíamos que llevábamos las órdenes en el tractor.

Un sueño.

por Emilio Jannuzzi López

Un día me levanté, baje a desayunar como todos los día con mi hermosa madre, pero no la divise por cualquier lado. Pensé que estaría en su cuarto pero algo se me hizo raro que todos los días me recibía pero este día no, la buscaba y buscaba, no la encontré por ningún lado. Salí de la casa y había un silencio profundo solo podía ver como las hojas caían con el bello otoño, no veía a nadie, ni un rastro de la civilización. Lo primero que pensé es ¿estaré solo? Busqué a mis vecinos, toqué y toqué en todas las puertas y nadie abría. Tome mi bicicleta y fui a la ciudad a ver lo que sucedía, vi los carros volteados la ciudad, me senté en una banca a llorar y pensar por qué se habían ido todos mis amigos y familiares, pero de repente escuche a algo que rugía. Me acerqué a la esquina a ver qué era lo que rugía y para empeorar era un enorme lobo de 3 metros de alto y 2 de largo, me apantallé tanto que corrí hasta llegar a una agencia de agentes a tomar unas armas especiales. Me escondí en el sótano y de repente escuché unas pisadas enormes como de un dinosaurio, me fijé por la ventana y era un gigante destruyendo al lobo que me perseguía.

miércoles, 10 de abril de 2013

Andreísmo

Por Andrea Hernandez Navarro..

                                          Detenme que voy de prisa, como una hormiga voy
                                          sola como un burro, y tan triste como un pez.

                                         Asi que detenme y nunca me dejes ir, porque 
                                           como yo no hay ninguna. 
                                                     ;)
                                          
                                       

Doble S.