miércoles, 20 de marzo de 2013

Mark Twain


por: Javier Vargas González.

Era un día muy lluvioso, casi se podía decir que la casa se desmoronaría por el viento que había, pero Mark no tenia miedo el estaba fumandó (como de costumbre), mientras escribía historias sobre Hukleberry Finn, solo para encontrar algo que hacer, ya que lo que en realidad estaba esperando era algo más siniestro, más raro, más mortífero.
Al fin a la media noche llego su paquete era muy grande, por eso había tardado tanto el cartero, pero Mark igual le reprocho, igual estaba satisfecho por que el paquete siguiera intacto en ese papel, eso que había debajo era ignorado por los vecinos, el paquete era de su primo quien era mejor conocido por un loco psicópata por decir que las bestias de la noche si existen, Mark estuvo a punto de dejar el paquete, al saber de quien era, el creía que era su nuevo libro publicado, (lo cual era estúpido pues un libro no podría tener semejante tamaños) pero no, lo que haba debajo del manto era un misterio... Tenia una nota de su primo: Cuidado vienen por ti... El hizo caso omiso de la tarjeta y abrió el paquete, era solo una estatua de un ángel que media un metro y medio y un carajc de estacas muy grandes con una ballesta grande, el no sabia que significaba eso entonces se puso a pensar en la nota apurada con manchas de tinta roja aunque estuviera escrita con tinta negra,”vienen por ti”, pero quienes, quienes podrían ir por el para que necesitara una ballesta, sí Mark Twain tenia enemigos pero no para dispararle estacas, entonces pensó que su primo debería haberle envidado eso por sus estúpidas ideas de que existían las bestias de la noche y chillo “Jodete John” pues estaba enojado, pues el sabia que eso no era usual en su primo pues el ni siquiera le hablaba, y si, existían las bestias de la noche...

En la media noche mientras Mark escribía la puerta se destrozo alguien la había forzado, entonces vió algo que el nunca hubiera creído había un hombre lobo allí en la puerta pero, Mark no estaba desprotegido había agarrado la ballesta, (solo en caso de necesitarla), y le disparo directo en el cráneo...   

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