por Imelda Ramírez Chávez
Era una chica llamada Elena, era muy ambiciosa porque quería ser la más rica del mundo y haría lo que sea por obtener su deseo, un día cuando iba en la calle a una niña llamada Estela, se le cayó un brazalete y no se fijó, pero Elena si se dio cuenta, lo tomó y se lo llevó porque el brazalete se veía muy caro, pero Estela no era una niña normal, era una bruja, que después se dio cuenta que se le había caído su brazalete, entonces, Estela hizo un hechizo para encontrar y saber quién había tomado su preciado brazalete y se enojó tanto, que quería maldecirla pero se le ocurrió algo mucho mejor.
Cuando anocheció, Estela se le apareció a Elena en su cuarto y la despertó Estela le dijo que le regresara el brazalete y a cambio le cumpliría cualquier deseo, Elena al principio se quedó sorprendida pero pensó y dijo -¿lo que sea?-, y le respondió -lo que sea-, entonces Elena le dio el brazalete y le dijo -ya te di tu tonto brazalete ¡ahora cumple mi deseo!- y contestó Estela: -Está bien, qué es lo que deseas. -Pues yo deseo ser la chica más rica del mundo- lo comentó Elena y dijo- está bien te cumpliré tu deseo pero no será tan fácil a cambio de tu deseo tu me tienes que dar tu sonrisa- y dijo Elena -¿qué? ¿Mi sonrisa?-Pero… Mira- dijo Estela -si quieres el deseo tienes que darme tu sonrisa, -pero ¿por qué? si ya te di tu tonto brazalete, -Pero no importa, si en verdad quieres ser la persona más rica de todo el mundo tienes que dármela-, está bien dijo Elena. Estela le dice, -mañana cuando te despiertes serás la persona más rica del mundo, sólo te digo que va a tener consecuencias a sí que cuídate en verdad ten mucho cuidado con lo que haces-.
Al día siguiente, ella despertó en una mansión, pero en vez de sonreír, comenzó llorar y dijo -¿por qué lloro, por qué lloro? si ahora soy la persona más rica del mundo entero, no lo entiendo-. Después cuando inspeccionó la mansión se observó que era más grande que miles de casas juntas. Y decía -¡wow que hermoso!-, pero obviamente sin ninguna sonrisa alguna.
Fue al jardín y vio una gran cantidad de flores de todo tipo, y una rosa llamada Ana la galana observó a Elena y le dijo a un jazmín, -pobre chica otra que cae en las garras de la bruja Estela-, y al fondo de ese inmenso jardín sólo se escuchaba el susurro de abejas que sonaban muy tristes.
Y también era observada por las personas que arreglaban el jardín y comentaban entre ellos sobre Elena -¡cuánto dolor sus cuantiosas lágrimas lo proclaman!- , porque siempre la veían llorando.
Pasó el tiempo y Estela se apareció en el cuarto de frente a Elena y burlesca aplaudía con sus manos y le decía -¡Estás disfrutando tu riqueza!- y Elena sólo la miró con sus ojos llenos de lágrimas y contestó, -¡no la estoy disfrutando por favor regrésame mi sonrisa! ya he cambiado-, y Estela dijo -eso tengo que verlo con mis propios ojos- y después desapareció sin dejar rastro alguno.
Pasaron años y años y Elena siempre estaba triste y hasta estaba olvidando los recuerdos que tenía cuando ella aún podía sonreír y siempre se decía a sí misma -creo que en verdad me estoy arrepintiendo de pedir este deseo y no sé porque si aquí tengo todo lo que he deseado en la vida o tal vez ¿no?-.
Después de un momento de silencio se nubló el cielo y empezó a llover y de repente se aparece Estela y le dice- creíste que el dinero era lo más importante en tú vida- y Elena no contestó solo agachó la cabeza. –Mira- comentó Estela -yo te dije que iba a tener consecuencias pero de todos modos aceptaste, debes de pensar que soy una ¡bruja malvada! Pero tu solita lo provocaste sólo porque tú robaste lo más preciado de mi vida que es mi brazalete y porque querías tener dinero y tomaste una mala decisión con la persona equivocada y tú pensarás que por qué es tan importante ese brazalete, no es tanto por el valor económico sino la persona que me regaló el brazalete que fueron mis padres que ya fallecieron lamentablemente-, y Elena dijo -lo siento mucho por eso en verdad perdóname por robarme tu brazalete era muy ambiciosa-, -¿eras?- comentó Estela, -si era- dijo Elena -porque ya vi que el dinero no es lo más importante en la vida, pero ya sabes que sólo las personas aprenden cuando les pasa algo malo-, -exacto- dijo Estela -pero mira mis padres siempre me decían que sea una a buena persona, que siempre trate de ayudar a los demás y no perjudicarlos y contigo solamente me enojé y quería vengarme, pero me di cuenta de que ya aprendiste tu lección y por eso te voy a conceder otro deseo el que tú quieras, pero piénsalo bien-, Elena se quedó pensando un momento y luego dijo -lo que deseo es que tus padres estén contigo otra vez-, Estela se quedo sorprendida sobre ese deseo pero le dijo -muchas gracias por ese deseo, pero yo pienso que lo mejor es que tu sonrisa volviera porque ya no podré cumplirte otro deseo y aparte yo pienso que mis padres no aceptarían regresar a la vida a cambio de una sonrisa de alguien a sí que pide tu deseo-, -está bien- comentó Elena -desearía tener otra vez mi sonrisa-, -deseo cumplido dijo Elena, -muchas gracias en verdad te lo agradezco tanto por hacer que aprenda a que el dinero no lo es todo, espero verte algún día otra vez y comenzar de nuevo entre nosotras, -claro que sí- dijo Estela, -sabes aunque muchas personas piensen que soy una persona mala y rencorosa no lo soy sólo que quiero que aprendan las personas a no cometer otra vez ese mismo error y sólo pueden cambiar cuando uno le da un castigo-, y dijo Elena -tienes mucha razón- y sonrío, -sabes en verdad le doy a Dios las gracias (gracias a Dios) y también a ti por supuesto por volver a sonreír, porque extrañaba tanto a mi sonrisa, y cuando tú me la quitaste sólo lloraba porque no disfrutaba nada-, -lo sé dijo Estela -yo te estuvo observando y quería ver si en verdad habías aprendido tu lección pero eso ya es pasado ahora ya que somos amigas vamos por un helado que tengo un poco de calor, -si vamos- contestó Elena con una gran sonrisa.
Era una chica llamada Elena, era muy ambiciosa porque quería ser la más rica del mundo y haría lo que sea por obtener su deseo, un día cuando iba en la calle a una niña llamada Estela, se le cayó un brazalete y no se fijó, pero Elena si se dio cuenta, lo tomó y se lo llevó porque el brazalete se veía muy caro, pero Estela no era una niña normal, era una bruja, que después se dio cuenta que se le había caído su brazalete, entonces, Estela hizo un hechizo para encontrar y saber quién había tomado su preciado brazalete y se enojó tanto, que quería maldecirla pero se le ocurrió algo mucho mejor.
Cuando anocheció, Estela se le apareció a Elena en su cuarto y la despertó Estela le dijo que le regresara el brazalete y a cambio le cumpliría cualquier deseo, Elena al principio se quedó sorprendida pero pensó y dijo -¿lo que sea?-, y le respondió -lo que sea-, entonces Elena le dio el brazalete y le dijo -ya te di tu tonto brazalete ¡ahora cumple mi deseo!- y contestó Estela: -Está bien, qué es lo que deseas. -Pues yo deseo ser la chica más rica del mundo- lo comentó Elena y dijo- está bien te cumpliré tu deseo pero no será tan fácil a cambio de tu deseo tu me tienes que dar tu sonrisa- y dijo Elena -¿qué? ¿Mi sonrisa?-Pero… Mira- dijo Estela -si quieres el deseo tienes que darme tu sonrisa, -pero ¿por qué? si ya te di tu tonto brazalete, -Pero no importa, si en verdad quieres ser la persona más rica de todo el mundo tienes que dármela-, está bien dijo Elena. Estela le dice, -mañana cuando te despiertes serás la persona más rica del mundo, sólo te digo que va a tener consecuencias a sí que cuídate en verdad ten mucho cuidado con lo que haces-.
Al día siguiente, ella despertó en una mansión, pero en vez de sonreír, comenzó llorar y dijo -¿por qué lloro, por qué lloro? si ahora soy la persona más rica del mundo entero, no lo entiendo-. Después cuando inspeccionó la mansión se observó que era más grande que miles de casas juntas. Y decía -¡wow que hermoso!-, pero obviamente sin ninguna sonrisa alguna.
Fue al jardín y vio una gran cantidad de flores de todo tipo, y una rosa llamada Ana la galana observó a Elena y le dijo a un jazmín, -pobre chica otra que cae en las garras de la bruja Estela-, y al fondo de ese inmenso jardín sólo se escuchaba el susurro de abejas que sonaban muy tristes.
Y también era observada por las personas que arreglaban el jardín y comentaban entre ellos sobre Elena -¡cuánto dolor sus cuantiosas lágrimas lo proclaman!- , porque siempre la veían llorando.
Pasó el tiempo y Estela se apareció en el cuarto de frente a Elena y burlesca aplaudía con sus manos y le decía -¡Estás disfrutando tu riqueza!- y Elena sólo la miró con sus ojos llenos de lágrimas y contestó, -¡no la estoy disfrutando por favor regrésame mi sonrisa! ya he cambiado-, y Estela dijo -eso tengo que verlo con mis propios ojos- y después desapareció sin dejar rastro alguno.
Pasaron años y años y Elena siempre estaba triste y hasta estaba olvidando los recuerdos que tenía cuando ella aún podía sonreír y siempre se decía a sí misma -creo que en verdad me estoy arrepintiendo de pedir este deseo y no sé porque si aquí tengo todo lo que he deseado en la vida o tal vez ¿no?-.
Después de un momento de silencio se nubló el cielo y empezó a llover y de repente se aparece Estela y le dice- creíste que el dinero era lo más importante en tú vida- y Elena no contestó solo agachó la cabeza. –Mira- comentó Estela -yo te dije que iba a tener consecuencias pero de todos modos aceptaste, debes de pensar que soy una ¡bruja malvada! Pero tu solita lo provocaste sólo porque tú robaste lo más preciado de mi vida que es mi brazalete y porque querías tener dinero y tomaste una mala decisión con la persona equivocada y tú pensarás que por qué es tan importante ese brazalete, no es tanto por el valor económico sino la persona que me regaló el brazalete que fueron mis padres que ya fallecieron lamentablemente-, y Elena dijo -lo siento mucho por eso en verdad perdóname por robarme tu brazalete era muy ambiciosa-, -¿eras?- comentó Estela, -si era- dijo Elena -porque ya vi que el dinero no es lo más importante en la vida, pero ya sabes que sólo las personas aprenden cuando les pasa algo malo-, -exacto- dijo Estela -pero mira mis padres siempre me decían que sea una a buena persona, que siempre trate de ayudar a los demás y no perjudicarlos y contigo solamente me enojé y quería vengarme, pero me di cuenta de que ya aprendiste tu lección y por eso te voy a conceder otro deseo el que tú quieras, pero piénsalo bien-, Elena se quedó pensando un momento y luego dijo -lo que deseo es que tus padres estén contigo otra vez-, Estela se quedo sorprendida sobre ese deseo pero le dijo -muchas gracias por ese deseo, pero yo pienso que lo mejor es que tu sonrisa volviera porque ya no podré cumplirte otro deseo y aparte yo pienso que mis padres no aceptarían regresar a la vida a cambio de una sonrisa de alguien a sí que pide tu deseo-, -está bien- comentó Elena -desearía tener otra vez mi sonrisa-, -deseo cumplido dijo Elena, -muchas gracias en verdad te lo agradezco tanto por hacer que aprenda a que el dinero no lo es todo, espero verte algún día otra vez y comenzar de nuevo entre nosotras, -claro que sí- dijo Estela, -sabes aunque muchas personas piensen que soy una persona mala y rencorosa no lo soy sólo que quiero que aprendan las personas a no cometer otra vez ese mismo error y sólo pueden cambiar cuando uno le da un castigo-, y dijo Elena -tienes mucha razón- y sonrío, -sabes en verdad le doy a Dios las gracias (gracias a Dios) y también a ti por supuesto por volver a sonreír, porque extrañaba tanto a mi sonrisa, y cuando tú me la quitaste sólo lloraba porque no disfrutaba nada-, -lo sé dijo Estela -yo te estuvo observando y quería ver si en verdad habías aprendido tu lección pero eso ya es pasado ahora ya que somos amigas vamos por un helado que tengo un poco de calor, -si vamos- contestó Elena con una gran sonrisa.
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