por Alba Jáuregui Garcia
El hospital Benhousens, un lugar tétrico, horrible, de aquellos lugares, que entras, y se te eriza la piel; aquel día, de noche en 1971, sale de la sombra del cuarto 13, de donde se decían que horribles cosas pasaban, Adolfo, la silueta de un hombre alto, frío, delgado y pálido, también callado y misterioso, se decían tantas cosas de él que sólo se escondía, pero salió de las sombras, justo ese día se decidió y por fin, lo logró, salió del hospital Benhousens y comenzó a hacer destrozos y a causar muertes por toda la ciudad de Stokade, pero entonces su mirada se desvió hacia una alucinación, una hermosa silueta, era Melanny, rubia, ojos grandes y verdes, era hermosa, quedó impactado cuando la vio, empezó a sentir un cosquilleo en su estómago
-¿Qué es eso?- Dijo con voz grave y sorprendido, se quedó ahí, solo como un tonto pensando en tal aparición, pensó en ella, tantas veces, pero él sólo podía pensar en lo imposible que era estar con ella, inalcanzable como una estrella, regresó ese día en el que había decidido salir, y el mismo día que le flecharon el corazón, regresa a aquel lugar en donde yacía inerte y pensativo, no sabía qué hacer, - ¿Quién es ella?- dijo, ella, que me hace volar, pero sólo se quedo ahí, en el cuarto 13 a las 0 horas, se durmió pensando en ella, pasaron los días, las semanas, algunos meses, y después de un año, se decidió a ir a buscarla, pero se dio cuenta de que ya era tarde, que nunca la encontraría. Pero ese sentimiento no lo permitía dejar de buscarla, mientras él trataba de encontrarla, Adolfo, preguntaba a todas las personas por ella, ilusionado en volverla a encontrar, soñaba con ella, cuando por fin la encontró, se dio cuenta de que era diferente, ya no era lo mismo, puesto que ahora estaba junto a una persona, que ahora ella veía a aquella persona como él a ella, así que, regreso, a esconderse, la única razón de que él estuviera afuera de ese lugar, se había desvanecido, pero - ¿Qué estoy haciendo?, no la dejaré, no lo haré, y nadie me lo impedirá- dijo enojado, de nuevo fue a buscar a Melanny, él pensó que lo recordaría, pero eso era imposible ya que sólo la primera vez que se vieron él la contemplaba, pero ella no lo vio; de ser así las cosas hubieran sido diferentes, -Hola- dijo Adolfo, -¿Quién eres?- dijo un tanto desconfiada, -Soy yo, Adolfo, ¿acaso no me recuerdas?, -No- dijo confundida, No podía creer que no lo recordara, pero en eso, llega aquel intruso que impedía que Adolfo y Melanny estuvieran juntos, Alan, que llego un poco alterado -¿Qué sucede?- Exaltado, pero con voz tenue, -No pasa nada, cielo- dijo, para calmarlo, -¿Quién eres tú? ¿por qué estas con ella? - dijo Adolfo muy enojado y gritando, -Pues es mi prometida, ¿Quién eres tú?- dijo Alan –¡Yo! Soy, olvídalo- dijo Adolfo triste, después de eso, se fue corriendo, aquel día estuvo lleno de lágrimas, pensando en ella, le daban más ganas de llorar, pero fue ahí cuando se decidió a vengarse, planeó con una exactitud, cada movimiento, cada palabra, todo, fue fría y calculadamente planeado, entonces decidió, conocer al prometido de Melanny, Alan, y conocerla un poco mas a ella, pero era ese sólo el comienzo de aquel maquiavélico plan, llega a tocar el timbre de su bella morada, y sale Alan, -Hola, disculpa la molestia- dijo
–¿No es tarde para ofrecer una disculpa?, la verdad es que conocía Melanny hace un año, pero ella no me recuerda –argumentó un poco apenado -No te preocupes, Aquí entre nosotros, tiene muy mal memoria, ¿Quieres pasar?- le invito Alan -Claro- Sonrió Adolfo, así pasó por algún tiempo, hasta que llegaron a ser tan íntimos amigos, que un día, frente a sus ojos, Melanny acepta la propuesta de matrimonio de Alan, dijeron que la boda sería en dos meses, y le pidieron ser el padrino de bodas, el aceptó, tragándose la tristeza de ver a la persona que mas quería en su vida, vestida de blanco y de la mano de otra persona.
A un día de la boda, Adolfo invito a Alan a cenar, - Vamos a disfrutar tu íltimo día- dijo Adolfo riendo, -Lo sé, mañana será diferente- dijo Alan, bebieron toda la noche, Alan se puso ebrio y después de eso, se lo llevó al cuarto de hospital, al cuarto 13, de noche, fue ahí, cuando tomó un bisturí y mientras Alan estaba inconsciente, lo clavó en su vientre, lo que pasó después de eso, es algo inimaginable, al siguiente día, las noticias, “Se ha encontrado un cuerpo, al parecer víctima del asesinato mas frío y cruel que se haya visto en la ciudad de Stokade, su nombre es Alan Mendoza, murió anoche desangrado” Esa mañana Melanny estaba un poco preocupada porque Alan no había vuelto a casa, el día de la boda, pero en cuanto prendió la televisión, en el canal de las noticias, cayó desvanecida al suelo y hecha un mar de lágrimas, no podía entender por qué, o como sucedió, solo podía pensar que la persona que mas quería se había ido. Unos meses después, Melanny todavía no se recuperaba y seguía impactada por lo de la noticia, entonces llegó Adolfo, -¿Estás bien?-dijo un poco aburrido de tanto verla llorar -Sí, solo estaba recordando- susurró, -Solo te quería decir algo, la verdad es que siempre quise estar junto a ti, y hice todo lo posible para hacerlo.- dijo en voz macabra, Melanny se desmayó, pero antes, lanzó un horrible grito, cuando despertó, veía el rostro de Adolfo frente a ella, y ella sólo pensaba en todo el daño que le había hecho, y tanto que le daba pavor ver su rostro, -¡Vete ya, no te quiero ver, aléjate de mi, ¿Cómo pudiste hacerme esto?, sólo vete!- dijo llorando, Adolfo quedo impactado por tanto odio, pero la entendió apenas un poco, el dolor era tan grande, y después hacia la persona que había asesinado al amor de su vida, a la vez, el la extrañaba, pero no la podía ver, fue un atardecer, de los atardeceres más tristes que he visto en mi vida, se decidió a irla a buscarla, y la encontró, estaba ahí, tirada, en su casa y a su lado, una carta que decía, “El amor de mi vida me dejo, y yo lo fui a buscar”, sólo eso, pero lo explicaba todo, después de irse de aquella casa, perplejo por lo que vio, no podía dejar de pensarla, tanto daño que causó para poder estar juntos, y ni así lo logró, era triste, en las noches, no podía dormir, pensaba en Alan y en ella juntos, en sus cuerpos inertes, y hasta esa media noche, no pudo mas, fue cuando decidió acompañarlos, pero el iría por otro camino, Melanny y Adolfo nunca estarían juntos, incluso en la otra vida.
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