por Imelda Ramírez Chávez
Había una vez, en un parque, una hermosa joven con un vestido blanco. Su nombre era Nancy. Siempre tocaba a su perro de color cacao con mucha suavidad. También allí se encontraba un joven llamado Carlos, a quien le gustaba jugar waterpolo. Él quería muchísimo a Nancy y cuando la veía pasar siempre suspiraba por ella. Siempre quería dialogar con ella pero no se atrevía porque era extremadamente muy tímido.
Entonces siempre se le rompía su corazón cuando pasaba cerca de ella pero ni siquiera lo veía...
* * *
Aquel día lo que realmente pasó fue que me caí de la escaleras eléctricas, rodaba y rodaba y nadie me detenía. Cuando ya dejé de rodar, me di cuenta que ya estaba tirada en el suelo. Traté de pararme pero no podía, sentía un gran dolor en mi pierna derecha.
Después abrí mis ojos y escuché que mi papá estaba piediendo ayuda y mi mamá lloraba, también ví a más personas a mi alrededor.
Después de un rato, sentí que me cargaban y me fijé que eran dos enfermeros. Ellos me llevaron al hospital, allí los doctores me dijeron que iba a utilizar muletas porque me había roto la pierna gravemente.
Había una vez, en un parque, una hermosa joven con un vestido blanco. Su nombre era Nancy. Siempre tocaba a su perro de color cacao con mucha suavidad. También allí se encontraba un joven llamado Carlos, a quien le gustaba jugar waterpolo. Él quería muchísimo a Nancy y cuando la veía pasar siempre suspiraba por ella. Siempre quería dialogar con ella pero no se atrevía porque era extremadamente muy tímido.
Entonces siempre se le rompía su corazón cuando pasaba cerca de ella pero ni siquiera lo veía...
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Aquel día lo que realmente pasó fue que me caí de la escaleras eléctricas, rodaba y rodaba y nadie me detenía. Cuando ya dejé de rodar, me di cuenta que ya estaba tirada en el suelo. Traté de pararme pero no podía, sentía un gran dolor en mi pierna derecha.
Después abrí mis ojos y escuché que mi papá estaba piediendo ayuda y mi mamá lloraba, también ví a más personas a mi alrededor.
Después de un rato, sentí que me cargaban y me fijé que eran dos enfermeros. Ellos me llevaron al hospital, allí los doctores me dijeron que iba a utilizar muletas porque me había roto la pierna gravemente.
Después de seis meses me quitaron el yeso, sentí una gran alivio, pero lamentablemente, cuando veía las escaleras eléctricas me daba terror subirlas y por eso nunca más volví a subirlas.
* * *
Lo que le preguntaría a mi madre de joven sería: ¿Qué proyectos de vida tienes? ¿Cuál fue uno de los momentos más hermosos de tu juventud? ¿A quiénes de tus conocidos consideras un verdadero amigo? ¿Cuál fue el reto más importante que has tenido? ¿Piensas que tu juventud es muy difícil? ¿Recibes de tu familia apoyo en todo lo que haces? ¿Te costó mucho trabajo elegir cuál carrera vas a estudiar?
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Lo que le preguntaría a mi madre de joven sería: ¿Qué proyectos de vida tienes? ¿Cuál fue uno de los momentos más hermosos de tu juventud? ¿A quiénes de tus conocidos consideras un verdadero amigo? ¿Cuál fue el reto más importante que has tenido? ¿Piensas que tu juventud es muy difícil? ¿Recibes de tu familia apoyo en todo lo que haces? ¿Te costó mucho trabajo elegir cuál carrera vas a estudiar?
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