viernes, 14 de octubre de 2011

El poder de amar

por Max Arellano
Hace mucho tiempo, estaba sentado trabajando mis palabras para encontrarla, estaba tratando de saber cómo era que le iba a decir mi nombre, no es nada fácil decir que te llamas Herculano Toribio Santamarina Villaluz y menos a ella aparte yo me encontraba tan frustrado, no era fácil confrontarla, no sabía si ir o tan solo ir a mi casa sentarme en mi sillón, prender el televisor y olvidarme de todo, acostarme hasta mañana y fingir que nada pasó ese día ni en mi cabeza.
 
Esto fue lo que sucedió ese día. Nada pudo ser tan extraño, estaba sentado como un día cualquiera y ella se acercó y dijo:

-Hola.

No le importó que yo fuera chaparro y flaco pero mi buena vista me permitió verla acercándose metros atrás, en esos momentos cuando ella llegó mi optimismo desapareció y mi locura y alegría se fueron a no sé dónde, ella hablaba seductoramente y respondí con voz tenue y cortada:

-Hola señorita- dije sabiendo que en esos tiempos no saludan así las mujeres.

Aparte quien saludaría así en Madrid en 2027 todo el mundo ya no solía ser tan apagado siempre decían:

-¡Qué onda!

Decidí calmar mis nervios y ser como suelo ser entonces le dije:

-¿Cómo te llamas?
-Daniela ¿Y tú?- Me dijo con una sonrisa en la cara
-Siéntate por favor- Dije recuperando mi voz normal

Cuando ella se sentó percibí un dulce, rico y extraño olor, ese aroma revolvió mis sentidos me llevó a una experiencia fuera de lo normal. Nunca antes había olido algo parecido a su fragancia. Hablamos hasta que el parque en donde estaba cerró y ella me dijo:

-¿A dónde vas a ir?
- Vamos a mi casa, seguimos hablando ahí- Respondí

Entonces lo imposible se convirtió en realidad la chica de mi sueños por fin había llegado y lo mejor fue que ella llegó a mí y sin ningún esfuerzo fuera de lo común.

Se hizo tarde ella se fue a su casa como a las 2:40 am, en cuanto se fue me recosté y respire profundamente en eso escucho mi celular y era un mensaje de Daniela, si Daniela la mujer de cabello, güero, ojos azules y la que me hacía fantasear en fin.

Un día como todos me marcó a las 7pm como acostumbra y me dijo:

-Hoy no nos podremos ver Herc.
-No te preocupes también tengo muchas cosas que hacer- le respondí con la mente en blanco y el alma destrozada.

La verdad es que no tenía nada que hacer pero sin embargo me apegue a mis palabras y me quede sentado un rato después decidí salir por un café al famoso “Starbucks”.

No existen palabras para describir lo que sentí en el momento que la vi platicando con otro hombre, me preguntaba porque estaba con el pero a fin de cuentas eso no me importaba tanto sino que ¡Quien era el!

Regrese a casa muy pensativo y me di cuenta del conflicto en el que estaba mi corazón pues tenía que decidir si decirle que no me gustaba que viera a otros o simplemente desaparecer.
Así que decidí tomar un avión a Los Ángeles California y estar ahí por un tiempo por cierta razón decidí ir en primera clase sin importar el costo cuando aterrizó el avión tomé mis cosas y me pareció ver a Daniela bajando de la parte de atrás del avión, me acerque a confirmarlo y afortunada o lamentablemente era ella así que pregunté:

-¿Qué haces aquí?
-Caramba nunca creí que me siguieras- me dijo con un tono un poco molesto.
-Al contrario yo vine aquí para huir de ti y tus infidelidades- respondí.
-Está bien discúlpame pero no quería que supieras esto de golpe.
-¿De que hablas?
-Sí, la verdad es que soy una agente internacional de la Corporación de Agentes Especiales. CAE.

Entonces ella me explicó todo y me llevo a su… ¿Cómo decirlo? Cuartel o base algo así.

Su Misión era enseñarme a amar, y lo logró.

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