La risa nos une
Hoy
no es un día normal para mí, son como las 8 de la mañana y voy
camino a lo que parece será mi escuela para el ciclo que viene, al
fin llegamos y a mí me conducen a un salón donde me reciben varias
niñas y niños, son muy amables, al parecer para ellos y en realidad
para toda la escuela tampoco es un día normal, me explican que hoy
es el Día Verde, o sea un día totalmente dedicado a la ecología y
cosas por estilo, en el que se colocan mesas con alimentos verdes y
se hace toda una oda a la naturaleza.
Salimos
del salón y nos encaminamos hacía lo que parecían llamar “Cancha
Grande”, que era el lugar donde se llevaría a cabo el ahora famoso
para mí Día Verde, para entonces los y las que me habían recibido
parecían saber que estaba allí, pero ya cada quien había formado
su grupito y yo no estaba en ninguno, hasta ahora. De pronto como un
torbellino llegó una niña como de 10 años, ojos que parecían a
punto de explotar de la emoción y un entusiasmo que después
descrubriría, era inagotable. Rápidamente se presentó, se llamaba
Estíbaliz, me lo tuvo que repetir como mil veces para que al final a
mi cerebro se le olvidara y le dijera otra vez ago así como “¿cómo
te llamas?” Literalmente me dio todo un tour por el lugar,
le dije que dónde podía lavarme las manos y me condujo a los baños,
me dijo que me esperaba afuera y le dije que estaba bien, cuándo
salí ella dio el grito más infernal que yo había escuchado hasta
entonces y empezó a reírse como toda una loca, se reía de una
manera tan exageradamente graciosa que comence a reírme de la misma
manera, pasarón como diez minutos antes de que nos calmaramos,
entonces le pregunté por qué se había reído, nunca me contestó,
pero desde entonces, las risa nos une...
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