lunes, 5 de diciembre de 2011

Los presos en el infierno.

por Joanna Hernández Navarro

Un día en una calle llamada Kiostón, contra esquina de otra avenida Florida, había unos edificios grandes, con mas de cuatro pisos y alrededor de ellos había casas grandes. Era una ciudad muy conocida de California, Distrito Keberling, y había demasiados centros comerciales.

En esos centros comerciales casi siempre tienen la mejor ropa, los mejores zapatos, lo que más o menos tienen es centros nocturnos, no hay casi nada de fast food. 


A orillas de esta ciudad hay mucha gente que tiene caballos, les gusta hacer carreras y salir a pasear. 
 
A la gente de Califoria le gustan mucho los caballos. 
 
En esas orillas a la gente le gusta mucho salir.

Una de esas familias salio a pasear a un centro comercial.

Mientras las madres y las hijas estan en las tiendas de ropa y perfumes, l
os niños se van a las tiendas de jugetes, los papás se van a las tiendas de ropa de hombres. Regularmente siempre se tardan todos entre 3 o 4 horas. Si se van como a las 4:00 de la tarde van a salir como a las 8:00 de la noche.

-Oye madre, entonces nos vemos aqui afuera a las 8:00 - dijo Emilio.

-Si está bien hijo bueno ya me voy a mis compras hijo -dijo la mamá.
-Oye madre, ¿no te pierdes tú sola aqui en esta plaza tan grande? -preguntó Escarlet.
-No hija, estaré cerca de tu padre por si sucede algo, ustedes no se preocupen -dijo la madre.
-Bueno, hermanita, pues empieza la misión -dijo Emilio.
-Sí, nada más hay que encontrar a los otros -dijo Escarlet.

-Mira, tú vete por donde esta el coffee break, yo me iré por el area del shoping - añadió Emilio. 

-Si los encuentras me avisas, yo tambien te avisaré si yo los encuentro.

Caminaron cada quien por donde dijerón, Emilio recorrió arriba el area de shoping, Escarlet el coffe break
. Los otros estaban en el smoking, los otros eran tres y llamaron a Escarlet y a Emilio y se encontraron unos a los otros...

-Oigan, ya los vi, van por allá arriba, hay que ir tras ellos. Nos vamos a repartir: tú Karla te vas a ir con Pablo, tú Escarlet con Abel y yo me iré solo para entretenerlos y luego ustedes llegan a atacar -dijo Abraham.

-Sí, está bien, vámonos. Nosotros subiremos a comer algo -dijo Karla.
-Los tengo, ya pueden atacar, suban, corran -dijo Abel.
-Ya vamos hacia allá -dijo Pablo.
-Jajaja, inútiles, pensaron que se iban a salvar pero no, ya los tenemos -dijo Abel.
-Ahora nada más hay que llevarlos a la base policiaca para ver que dicen -dijo Karla.
-Sí, está bien, hay que bajar y llevárnolos en la camionesta -dijo Pablo.

Llegaron a la base, los judiciales dijeron que serían condenados, no dijeron por cuanto tiempo, al día siguiente dirían.
Los judiciales les comentaron que al día siguiente podían asistir para decirles de cuánto tiempo era la condena.

-Entonces nos vemos aqui mañana a las 9:00 am, aquí en la base -dijo el judicial.
-Aquí nos vemos mañana -dijeron Pablo y Karla.

Pasó el transcurso de la tarde y de la noche. Llegó la mañana. Todos ellos vivían en una sola casa y ya iban en camino hacia la base de los judiciales.

Llegaron, y los judiciales tambien ya estaban ahí. Les dijeron que por el asalto serían seis meses de condena.

-Ya llévenselos a enrejarlos -dijo el judicial.


Transcurrieron dos meses, no se veían muy satisfechos con los que les daba.

-Esto es el infierno, es el lugar mas feo en el que puedes estar -dijo uno de los asaltantes.

Transcurrieron los seis meses y salieron los presos...

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