Recuerdo muy
bien mi niñez; bueno, tal vez no muy bien, pero hay cosas que jamás podría
olvidar, una de ellas es la casa de mis abuelos (Papás de mi papá).
La casa de
mis abuelos está en Tamaulipas, en un ejido cerca de Valle Hermoso, siempre me ha
gustado esa casa, y adoro ir ahí. Algo que recuerdo muy bien de las visitas a
casa de mis abuelitos era una tiendita que estaba cerca de ahí, a la que íbamos
todos los días a comprar refrescos con mi abuelo, la verdad no sé por qué nos
encantaba ir a esa tienda. Otra cosa que recuerdo es el tractor verde de mi
abuelo; siempre que íbamos, mi hermana y yo nos la pasábamos en ese tractor
fingiendo que conducíamos, también nos la pasábamos haciendo pastelitos y
taquitos de lodo en los comederos de las gallinas, y fingíamos que llevábamos las
órdenes en el tractor.
Recuerdo
también que en las noches íbamos a Valle Hermoso o a la placita a comprar elotes, o si no, en las
tardes mi abuelito y mi papá asaban unos en el jardín mientras mi mamá y mi
abuelita hacían de comer.
Otra cosa que
recuerdo muy bien y que jamás podré olvidar, es el baño, sé que no debería darle
tanta importancia a un baño, digo, tampoco estaba tan mal, pero es algo que no
puedo superar. El baño de mis abuelitos está hasta el fondo de la casa, de
hecho tienes que salir de la casa a un pasillo abierto para poder ir, por lo
cual no es muy difícil que entren los insectos al baño. Mi hermana y yo siempre
evitábamos ir al baño en las noches, y tratábamos de ir un rato antes de que se
metiera el sol, porque ya en la noche, cuando ibas al baño te podías encontrar
de todo; arañas en el pasillo o mosquitos en la parte del escusado, pero lo que
nosotras no queríamos ver eran las cucarachas, era algo horrible y mi hermana y
yo las odiábamos.
En realidad
eso es lo único malo que recuerdo de esa casa, todo lo demás me gustaba mucho,
es una gran parte de mí infancia.
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