jueves, 11 de abril de 2013

En un lugar muy, muy lejano.

Por Andrea Delgado Martínez

Recuerdo muy bien mi niñez; bueno, tal vez no muy bien, pero hay cosas que jamás podría olvidar, una de ellas es la casa de mis abuelos (Papás de mi papá).

La casa de mis abuelos está en Tamaulipas, en un ejido cerca de Valle Hermoso, siempre me ha gustado esa casa, y adoro ir ahí. Algo que recuerdo muy bien de las visitas a casa de mis abuelitos era una tiendita que estaba cerca de ahí, a la que íbamos todos los días a comprar refrescos con mi abuelo, la verdad no sé por qué nos encantaba ir a esa tienda. Otra cosa que recuerdo es el tractor verde de mi abuelo; siempre que íbamos, mi hermana y yo nos la pasábamos en ese tractor fingiendo que conducíamos, también nos la pasábamos haciendo pastelitos y taquitos de lodo en los comederos de las gallinas, y fingíamos que llevábamos las órdenes en el tractor.


Recuerdo también que en las noches íbamos a Valle Hermoso o a la  placita a comprar elotes, o si no, en las tardes mi abuelito y mi papá asaban unos en el jardín mientras mi mamá y mi abuelita hacían de comer.

Otra cosa que recuerdo muy bien y que jamás podré olvidar, es el baño, sé que no debería darle tanta importancia a un baño, digo, tampoco estaba tan mal, pero es algo que no puedo superar. El baño de mis abuelitos está hasta el fondo de la casa, de hecho tienes que salir de la casa a un pasillo abierto para poder ir, por lo cual no es muy difícil que entren los insectos al baño. Mi hermana y yo siempre evitábamos ir al baño en las noches, y tratábamos de ir un rato antes de que se metiera el sol, porque ya en la noche, cuando ibas al baño te podías encontrar de todo; arañas en el pasillo o mosquitos en la parte del escusado, pero lo que nosotras no queríamos ver eran las cucarachas, era algo horrible y mi hermana y yo las odiábamos.

En realidad eso es lo único malo que recuerdo de esa casa, todo lo demás me gustaba mucho, es una gran parte de mí infancia.

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